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Viajes

Montpellier

Plaza de la Comedia
Montpellier es una pequeña ciudad del Midi, en la región de Herault a 14 kilómetros de la costa mediterránea. Tiene unos 200.000 habitantes y es, sobre todo, una ciudad fantástica para vivir, lo tiene todo: es dinámica, acogedora, llena de vida, con todos los servicios necesarios.
Además de ser francamente bonita está repleta de rincones por descubrir, ya sean históricos o modernos, multitud de zonas verdes y un clima agradable. Es una ciudad tranquila pero al mismo tiempo llena de la marcha que le dan la multitud de estudiantes de todos los rincones del planeta que pueblan sus escuelas y universidades.
Una vez entras en ella, dentro del enrevesado tráfico que tiene casi sin darte cuenta acabarás en la plaza de la comedia. A la que se puede calificar como verdadero centro de la ciudad. Una plaza amplia, realmente grandiosa y agradable toda ella rodeada de los típicos edificios del siglo XIX francés, en un extremo de ella se encuentra el teatro de la comedia que da nombre a la plaza y en el otro extremo, tras pasar un agradable parque se encuentra un teatro moderno con arquitectura de última generación.
Desde esta plaza puedes ir a una zona comercial y moderna que es el Triangle, que enlaza primero con el Polygone y finalmente con el Ayuntamiento y el barrio del Antigone. Atención, Si sigue en pie la misma política que cuando estuve por última vez, en el Polygone fuera del horario comercial se puede aparcar por un precio ridículo, en aquella época un franco la hora.
Dejamos de momento la zona del Antigone para desandar el camino y adentrarnos en las callejas del casco histórico. Todo él peatonal, donde se alternan las calles y plazas amplias con los callejones y espacios reducidos. Lo mejor es patear y patear por estas calles, perderte una y otra vez hasta que te sientas imbuido por el espíritu de esta ciudad cosmopolita. Hay multitud de casas notables, hoteles y edificios significativos aparte de algunas iglesias dignas de ver, se suceden los edificios de distintas épocas históricas pero con un aspecto homogéneo. Hay multitud de pequeños museos, alguno muy interesante y visitas organizadas a “hoteles” históricos. Te puedes informar de todo en la oficina de turismo que se encuentra en la plaza de la comedia, junto al parque.
Todo el centro está repleto de restaurantes de todo tipo y precio, algunos encantadores como le vieux Fourne o Le mex o el bodegón coloniel, etc.
También hay varios sitios para tomar copas hasta la 1:30 ó 2:00 de la madrugada que es cuando empiezan a cerrar casi todo, cerca de la estación de tren también hay algún garito interesante, sobretodo para los amantes del rock.
Para seguir la fiesta hasta que salga el sol, hay que desplazarse hasta un polígono a la entrada de la ciudad, donde encontrarás discotecas y pubs, algunos de ellos con terrazas de verano.
Arco del triunfo
Si atraviesas todo el centro llegarás una pequeña avenida, la rue Foch, que termina con el palacio de justicia y el arco de triunfo y que da paso a la Promenade du Peyrou, un agradable parque, aunque con demasiado cemento para mi gusto, que culmina con el “Château d´eau” y el acueducto romano que atraviesa parte de la ciudad. Otro parque donde merece la pena perderse es el Jardin des plantes, el parque botánico más antiguo de Francia creado por Enrique IV, en 1593, para la facultad de medicina de la ciudad.
Promenade du Peyrou
Si volvemos al Antigone, nos encontramos con un barrio ultramoderno, con grandes edificios de un estilo que mezcla la arquitectura actual con el neoclasicismo lleno de grandes espacios abiertos. A mi particularmente me parece un poco frío, pero cuando estuve estaban plantando árboles por todas partes, lo que supongo que alegrará bastante la zona, el barrio acaba con un canal rodeado de restaurantes, la mayoría muy “industriales” aunque alguno con mucho encanto como La gingette, y con el edificio de la Asamblea regional. A vista de pájaro este barrio, diseñado por Ricardo Bofill, tiene forma de llave.
En las proximidades hay pequeños pueblos playeros, algunos son los típicos pueblos que podrías encontrar en cualquier rincón valenciano (La grande Motte, Carnon, etc) y otros tienen pequeñas sorpresas como Palavas, con un castillo de cuento de hadas.
Palavas
Además en esta zona costera hay una zona de lagunas, autentico paraíso de las aves acuáticas.
+ Info en inglés y francés aunque en el apartado de la oficina de turismo tienen documentación en español

Nîmes

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Ubicada en el Midi, Nîmes se siente orgullosa de su pasado romano. Según entras en ella lo primero que sale a tu encuentro es su colosal circo romano (las Arènes), se puede visitar y desde él se tienen unas vistas magnificas de toda la ciudad. Está magníficamente conservado y se sigue utilizando para espectáculos teatrales o corridas de toros. A su lado hay una magnifica plaza, la esplanade C. De Gaule, con unos jardines refrescantes, en Nîmes siempre hace mucho calor, debe ser uno de los sitios de Francia donde las temperaturas son más sofocantes. Bordeando esta plaza tenemos el palacio de justicia un edificio neoclásico de considerables dimensiones y la iglesia de Ste. Perpetue
Si subimos desde el circo romano por el bulevard Victor Hugo, a mitad de él se encuentra la iglesia de St. Paul, llagamos a la Maison Carré un fantástico templo romano edificado en lo que fue el foro en honor de los hijos de Augusto y casi al lado avanzando por el Quai de la Fontaine llegamos a los jardins de la Fontaine que tienen en su interior el templo de Diana y la Tour Magne.
Junto a la Maison Carreé se encuentra la oficina de Turismo. Y en la zona que va desde esta a el circo y la esplanade se encuentra el centro histórico, el écusson, lleno de pequeñas callejuelas llenas de vida y tiendas.
Muy cerca está la catedral de St. Castor de origen románica, destruida dos veces por los conflictos religiosos, y el Castellum.
Una época muy interesante para visitarla es durante las fiestas de Pentecostés, ya que se celebran por todo lo alto, la ciudad se transforma en esa época en una pequeña Pamplona, con corridas de toros en el circo, fiesta día y noche, toda la gente vestida de blanco con el pañuelo rojo al cuello, sangría por doquier...
Hay visitas organizadas y ofertas de alojamiento en la oficina de turismo, fantástica la visita de Hotels particuliers.
+ Info

El país de los cátaros IV

El país de los cátaros IV Carcarssonne
Una de las ciudades más bonitas de la zona, imprescindible. Es doblemente patrimonio de la humanidad: por la ciudadela y por el canal de Midi.
La ciudadela medieval cuenta con unas murallas impresionantes, un castillo fantástico y una basílica que se vanagloria de tener las segundas mejores vidrieras de Francia, después de Chartrés. La basílica de St. Nazario fue terminada en el siglo XII, aunque se han realizado en ella múltiples reformas y modificaciones.
Es una gozada vagar por sus calles medievales donde casi cada casa es un museo. Ojo es muy turística y abusan un poco de eso, hay museos de todo lo que se te ocurra: inquisición, oficios medievales, brujas, etc. Algunos de ellos no merecen mucho la pena.
En el castillo se aprecian las constantes mejoras y ampliaciones que se hicieron siendo las más destacadas la del siglo XII, durante el siglo XIII se siguen añadiendo mejoras y ampliando el perímetro de la fortaleza que va añadiendo diferentes estilos y conceptos defensivos, mejorando las almenas, las torres y añadiendo un foso.
En la ciudad quedan restos de multitud de épocas y de las muchas vicisitudes por las que ha pasado.
Las murallas estuvieron a punto de ser demolidas en el siglo XIX pero finalmente se decidió lo contrario: restaurar la ciudad. En la zona entre las dos murallas se celebran en verano torneos medievales que deben ser espectaculares me imagino teniendo en cuenta el entorno, por desgracia cuando yo fui ya habían terminado.
Además de la ciudadela el resto de la ciudad merece también echarle un vistazo cuenta con muchos sitios de interés, palacetes, jardines, iglesias, etc.
Para obtener más información es muy recomendable la web http://www.carcassonne-tourisme.com que además está en español.

El país de los cátaros III.

El país de los cátaros III. Mirepoix
Es una “bastide”, una pequeña ciudad amurallada, del siglo XIII la zona amurallada comprende básicamente la plaza mayor y las calles que llevan de las puertas a ella, además de la catedral. La plaza es preciosa, porticada y con casas coloristas dejando ver las vigas de madera, en ella se concentra toda la vida de la ciudad. Casi todas las vigas de madera de los soportales tienen talladas figuras.
La catedral gótica tiene unas interesantes vidrieras, su nave central es la segunda más ancha de Europa.
En verano organizan varias fiestas y mercados medievales.
A pesar de ser un pueblo pequeño tiene mucho encanto y se come bien en los restaurantes de la propia plaza, en otros no son muy amables, te miran y especulan sobre los euros que te vas a gastar y así te tratan... una pena vamos.

El país de los cátaros II

El país de los cátaros II Montségur
Oficialmente último bastión de resistencia de los cátaros, prefirieron morir antes que entregarse –en realidad el último castillo en caer fue Quéribus. Al pie de la montaña hay una cruz de homenaje a las victimas de este episodio. Es un lugar con muchas leyendas a su alrededor sobre todo centradas en el grial y en el supuesto tesoro de los cátaros.
Situado en lo alto de un “pog” que domina todo el valle, resulta realmente imponente aunque no sea muy grande y esté en ruinas, solo pensar como fueron capaces de subir esas piedras a esa altura da sudores.
Hay que pagar por subir, la entrada vale también para visitar el museo del pueblo. La subida dura más de media hora a buen ritmo aunque no es muy difícil (siempre que no llueva, que no veas como resbalan las piedras). Y una vez llegas arriba alucinas con el entorno, es realmente impresionante.
Cuando estuve al ir a hacer una foto al paisaje desde una esquina al pie de las murallas siento un ruidito como de rascar la piedra, giro la cabeza y veo a un nota de unos cuarenta años con uniforme tipo de turista: sandalias, pantalón corto, cámara, gorra..., encaramado a la muralla, en la zona donde da directamente al precipicio, ahí tan feliz, el tío, bueno, realmente un poco apuradillo, por que el ruidillo era su sandalia que resbalaba en la piedra, me dejo tan acojonado que no me atreví a hacerle la foto por si se caía. Eso si el nota me miro y siguió a lo suyo sin decir esta boca es mía. Continué con la visita y un rato después le vi con su mujer y dos niños pequeños. Sin comentarios...

El país de los cátaros I

Muy cerquita de la frontera tenemos una de las zonas más bonitas y desconocida (en el sentido de que no está masificada turísticamente), estuve a mediados de agosto y fácilmente encontré alojamiento sin llevar nada reservado. Es una zona amplia que va desde Toulouse hasta Carcassonne, desde el centro hasta el Mediterráneo.
En ella hay multitud de ciudades y pueblos preciosos donde se come bien, tienen una gastronomía contundente y deliciosa, de aquí es típico el cassoulet (especie de fabada), el foie gras y todo tipo de recetas con el pato.
Yo huía de las grandes aglomeraciones así que hice un recorrido por pequeñas ciudades. Fijé mi base en Foix y desde ahí durante una semana recorrí la región, visité los restos del mítico castillo de Montségur, Mirepoix, Carcassonne, Pamiers, la abadía de Fontfroide, entre otros sitios menos destacados.
En general la gente es amable si te diriges a ellos, salvo en Mirepoix donde en algún restaurante son descaradamente bordes.

Foix

Foix Es una pequeña ciudad preciosa atravesada por el río y muy cerca de los Pirineos, unas vistas preciosas y una ciudad donde se sigue conservando un núcleo medieval, que tratan de explotar con mercados y actuaciones que reconstruyen las costumbres de la época. Sus casas son estrechas y en algunas se ve el armazón de madera.
La ciudad se encuentra presidida por el castillo del conde, con sus tres torres imponentes y de estilo diferente cada una, fue construido entre los siglos X y XV. Se puede visitar y disfrutar de unas vistas magníficas, a parte suele haber exposiciones en una de las torres: una sobre alimentos y oficios medievales y otra temporal que cuando yo estuve era sobre los tebeos y la edad media.
Tiene una bonita catedral y múltiples restaurantes y bares de todos los precios y tipos, eso si hay que tener en cuenta que las horas de comer cambian un poco con respecto a las nuestras, para ir sobre seguro, a comer es mejor estar un poco antes de las 2 y las cenas sobre las 9.
A tener en cuenta casi todo el centro es zona de estacionamiento de pago, pero cerca de la catedral hay una zona de parking gratuito.
En los alrededores de la ciudad se encuentran el puente de diablo y el rió subterráneo Labouiche, una visita muy interesante, se hace toda en barca y dura más de una hora (id abrigados).