El país de los cátaros II
Montségur
Oficialmente último bastión de resistencia de los cátaros, prefirieron morir antes que entregarse en realidad el último castillo en caer fue Quéribus. Al pie de la montaña hay una cruz de homenaje a las victimas de este episodio. Es un lugar con muchas leyendas a su alrededor sobre todo centradas en el grial y en el supuesto tesoro de los cátaros.
Situado en lo alto de un pog que domina todo el valle, resulta realmente imponente aunque no sea muy grande y esté en ruinas, solo pensar como fueron capaces de subir esas piedras a esa altura da sudores.
Hay que pagar por subir, la entrada vale también para visitar el museo del pueblo. La subida dura más de media hora a buen ritmo aunque no es muy difícil (siempre que no llueva, que no veas como resbalan las piedras). Y una vez llegas arriba alucinas con el entorno, es realmente impresionante.
Cuando estuve al ir a hacer una foto al paisaje desde una esquina al pie de las murallas siento un ruidito como de rascar la piedra, giro la cabeza y veo a un nota de unos cuarenta años con uniforme tipo de turista: sandalias, pantalón corto, cámara, gorra..., encaramado a la muralla, en la zona donde da directamente al precipicio, ahí tan feliz, el tío, bueno, realmente un poco apuradillo, por que el ruidillo era su sandalia que resbalaba en la piedra, me dejo tan acojonado que no me atreví a hacerle la foto por si se caía. Eso si el nota me miro y siguió a lo suyo sin decir esta boca es mía. Continué con la visita y un rato después le vi con su mujer y dos niños pequeños. Sin comentarios...
Oficialmente último bastión de resistencia de los cátaros, prefirieron morir antes que entregarse en realidad el último castillo en caer fue Quéribus. Al pie de la montaña hay una cruz de homenaje a las victimas de este episodio. Es un lugar con muchas leyendas a su alrededor sobre todo centradas en el grial y en el supuesto tesoro de los cátaros.
Situado en lo alto de un pog que domina todo el valle, resulta realmente imponente aunque no sea muy grande y esté en ruinas, solo pensar como fueron capaces de subir esas piedras a esa altura da sudores.
Hay que pagar por subir, la entrada vale también para visitar el museo del pueblo. La subida dura más de media hora a buen ritmo aunque no es muy difícil (siempre que no llueva, que no veas como resbalan las piedras). Y una vez llegas arriba alucinas con el entorno, es realmente impresionante.
Cuando estuve al ir a hacer una foto al paisaje desde una esquina al pie de las murallas siento un ruidito como de rascar la piedra, giro la cabeza y veo a un nota de unos cuarenta años con uniforme tipo de turista: sandalias, pantalón corto, cámara, gorra..., encaramado a la muralla, en la zona donde da directamente al precipicio, ahí tan feliz, el tío, bueno, realmente un poco apuradillo, por que el ruidillo era su sandalia que resbalaba en la piedra, me dejo tan acojonado que no me atreví a hacerle la foto por si se caía. Eso si el nota me miro y siguió a lo suyo sin decir esta boca es mía. Continué con la visita y un rato después le vi con su mujer y dos niños pequeños. Sin comentarios...
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