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Entrevista Taniguchi. Parte III (y última)

I.: El ritmo del Caminante no corresponde tampoco a lo que espera el lector...
J.T.: Es cierto, esa debe ser una de las principales razones de mi status en Japón. No podemos decir que sea una estrella, en el sentido clásico del término. Numerosos lectores son felizmente sensibles a mi trabajo y a mi trayectoria. Estos últimos me consideran quizás como una estrella, pero objetivamente, mis resultados comerciales están ahí para demostrar lo contrario.
Creo que todo el manga no debe parecerse a lo que yo hago. Necesita expresarse en multiples géneros. Es bueno para el medio que otras personas deseen también crear cosas diferentes... Tengo la sensación que el interés que trasladado a mi trabajo en El caminante es paradójicamente más importante en Francia que en Japón.
I.: Está dispuesto a repetir otras colaboraciones?
J.T.: Sí, si me presentan obras que me interesen y me gusten. Me gustaría conocer otros dibujantes extranjeros, para intercambiar técnicas e ideas.
I.: Duda a veces de su capacidad?
J.T.: A veces, siento limitaciones en el plano técnico. Pero creo que puedo superar esto con la práctica, como lo he hecho hasta ahora. Me estrujo el cerebro para tratar de encontrar el estilo gráfico y la puesta en escena que más conviene a las diferentes obras y temas. Pero no es precisamente al vencer las dificultades una a una que puedo progresar y crear nuevas formas de tebeos?
I.: Tiene el temor, de dejar de amar lo que hace?
J.T.: Nunca he detestado mis dibujos, pero es cierto que a veces he sentido un cierto temor. Se manifiesta cuando constato los límites de mi capacidad y de mi técnica, en el momento de representar una nueva historia.
Tengo la sensación de deber siempre aumentar mis posibilidades de expresión, ya sea del dibujo, de la puesta en escena o de la composición. Trabajo constantemente afrontando el dilema de que mis obras no serán jamás perfectas... Cuando me lanzi a un nuevo proyecto, necesito una gran concentración para superar la presión que siento. Tengo todavía un montón de cosas que aprender como mangaka.
I.: Cómo contempla su futuro artístico?
J.T.: El futuro, me gustaría aceptar el desafío de obras más experimentales, incluida la mejora de mi dibujo. Sueño con probar modos de representación más personales en el manga, fuera de todo contexto comercial. Hoy todavía, el lenguaje del manga continúa evolucionando y su campo de acción no cesa de crecer. Espero encontrar medios de expresar fielmente la parte más profunda del hombre, la más filosófica.
Por el momento, mi próxima tentativa será expresar el mundo del haiku en el manga. Pienso sinceramente que el arte del haiku es una de las metas más incomprensibles de la cultura japonesa. Es un universo poético que, por su desnudez, revela la quintaesencia de cada palabra. Me gustaría dibujar las biografías de los poetas de haiku de la época Edo...
Me interesa paralelamente mucho las películas de animación de marionetas. Para dominar este mundo, hace falta una gran imaginación y una percepción muy precisa de la dimensión. Todo se debe crear manualmente, desde los personajes, hasta los decorados, es un trabajo que exige un tiempo enorme. Cuando ha tenido éxito, un film de animación de marionetas nos ofrece una capacidad de conmover que no encontramos en los dibujos animados clásicos ni en los digitales.
Da seguramente la impresión de ir al encuentro de la moda actual de dibujos animados con imágenes de sintesis, pero es su carácter manual lo que me apasiona.
I.: La muerte de Yukio Mishima ha cambiado la fisonomía sociocultural de Japón, marca el fin de una época?
J.T.: Su muerte- sobretodo la manera de suicidarse- ha creado, efectivamente, un trastorno muy importante. De todas maneras, no creo que la desaparición de Mishima haya cambiado las bases de la sociedad y la cultura japonesa. Es mejor no concebir este suceso como el fin de una época, sino como el comienzo de otra. Me parece que la forma y el fondo de la obra de Mishima han encontrado continuación con los jovenes autores y dado paso a una nueva literatura portadora de una toma de conciencia y visión nueva de la belleza.
Volviendo a la historia del manga japonés, no han transcurrido mas que sesenta años desde que Tezuka puso los fundamentos del story manga [8]. La veo todavía grandes posibilidades de evolución. Al comienzo, el manga era un divertimento popular, pero hoy, con la aparición de nuevas técnicas, asistimos a la generalización de un manga más artístico y literario, con una gran diversidad de géneros. El manga se diversifica cada vez más, como su clientela y estoy persuadido que seguirá evolucionando en el futuro.
Hoy el desarrollo de nuevas técnicas digitales tiene una influencia creciente sobre el manga, pero no creo que podamos hablar de un trastorno del fondo de su historia. Se dice que el órgano más evolucionado del hombre es el ojo. Gracias a la vista, el hombre toma conciencia, percibe los objetos, juzga y finalmente puede tomar una decisión.
Pero al mismo tiempo, el tacto del hombre es también agudo. Pasar la página de un libro – y tocar los dibujos- es una acctión concreta y vivificante. Es indispensable para los creadores y para los lectores. Es cierto que estamos en la era digital, creo que las historias contadas a través de dibujos sobre papel sobrevivirán, y eso a pesar del cambio a los que se enfrentarán.

[8] « Story manga » : comic narrativo, tal como lo conocemos hoy. La palabra manga, como numerosas palabras japonesas, ha tenido cambios de sentido y acepción sucesivos a lo largo del tiempo. A comienzo del siglo XX, designa las ilustraciones de carácter satírico aparecidas en la prensa japonesa que se acaba de modernizar siguiendo el modelo occidental. El término monogatari manga designa el paso del manga de la « caricatura » a el « comic ».
Entrevista parte 1, 2

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